El libro completo está lleno de frases e
imágenes personales, pero hay varias cosas que me llamaron la atención. Por un
lado, el hecho de que Selig se encuentra con otro que tiene el mismo poder que
él y se sorprende al encontrar a una persona completamente normal. No sufre por
su poder, sino que este le otorga una visión fría del mundo. La conclusión de
Selig es que su propio existencialismo y sufrimiento probablemente no viene del
don con el que nació, sino que es una característica propia y parte de su propia
esencia. No sé por qué me agrada, pero lo hace. Tal vez me gusta el hecho de
que sufrir el mundo y el aislamiento son cosas estrictamente ligadas con la
esencia propia y no con dones o con cualquier otro "estimulo"
externo.
Si alguien o algo me ofreciera cumplirme
tres deseos, creo que uno de esos sería poder leer la mente de otros. El mundo
sería de repente increíblemente extenso. No estaría lleno de viajes, comidas y
sitios turísticos, sino de conversaciones internas, fantasías y todas esas cosas.
No se trataría de interactuar con otros, sino de vivir y sentir a través de
otros. Entender lo que significa "vivir" para otros sería fascinante,
pero Silverberg va un poco más allá. No se trata sólo de leer los pensamientos
superficiales y de intentar interpretarlos desde nuestro propio e imparcial
punto de vista, sino que el don de Selig le permite hacerse una idea en
segundos de la personalidad de una persona, le permite percibir sus miedos
profundos, conectar los puntos que tienen importancia para esa persona y que
forman su biografía, entenderla. Y no se queda ahí. Selig es capaz de ir más
allá y entender la verdadera naturaleza de las personas. Éxtasis. Así lo llama.
El concepto de sentir éxtasis al entender la verdadera naturaleza escondida
incluso para ellos mismos me hace sonreír. Buenos, malos, complejos, sencillos,
todos son brillantes por dentro.
También me llamó la atención la forma en
la que cuenta su propia vida a través de lo que significa para él haber vivido
con el don de leer la mente de otros. A pesar de haber tocado a miles de
personas con su habilidad, puede contar con los dedos de una mano a las
personas que tuvieron algo de protagonismo o que lo afectaron de forma real y
personal. Sigue siendo esa idea de que contar la historia de una vida se trata
de conectar momentos y personas que sobresalen al mirar hacia atrás. Primero
amé a alguien, obtuve mi diploma, odié a otro, decaí y me morí. Algo así.
Es un libro que a pesar de ser profundo a
su manera, también es "terrenal". Tal vez sea la falta de fantasía o
verdadera ciencia ficción. Imposible ponerle puntaje, pero es de esos libros de
los que tengo que mantenerme alejada cuando me da por esforzarme en encontrarle
algún sentido a la vida.
"Un ermitaño, pongamos por caso. Vive
en una cueva oscura. No penetra ninguna información. Se alimenta con hongos.
Eso le da la suficiente energía como para seguir viviendo, pero no recibe
ningún otro tipo de energía. Se ve forzado a depender de sus propios recursos
mentales y espirituales, que con el tiempo llega a agotarlos. Gradualmente el
caos se va extendiendo en él, gradualmente las fuerzas de la entropía toman
posesión de este ganglio, de aquella sinapsis. Cada vez recibe una menor
cantidad de datos sensoriales hasta que su rendición a la entropía es total.
Deja de moverse, de crecer, de respirar, se detiene todo tipo de funcionamiento
en él. Se conoce a esta condición como la muerte".
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